Corintios 5
Sabemos que nuestra casa terrena o, mejor
dicho, nuestra tienda de campaña, llega a desmontarse, DIOS nos tiene levantado
un edificio no por manos de hombres, una casa para siempre en los cielos. Por
eso suspiramos y anhelamos el día en que se nos pongan en esa morada celestial
por encima de la actual, pero ¿Quién puede saber si estaremos vestidos con este
cuerpo mortal o ya estaremos sin él?
Si, mientras estamos bajo tiendas de
campaña sentimos peso y angustia; no queremos que se nos quitase el vestido,
sino que nos gustaría mas que se nos pusiese el otro encima y que la verdadera
vida se tragase todo lo mortal.
Ha sido DIOS quien nos ha puesto en esta
situación al darnos el Espíritu como un anticipo de lo que hemos de recibir.
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