Filipenses 2
Por tanto, amadísimos míos, que siempre me
han escuchado, sigan procurando su salvación con temor y temblor; y si lo
hicieron cuando me tenían presente, háganlo mas todavía cuando estoy lejos.
Pues DIOS
es el que produce en ustedes tanto el querer como el actuar para
agradarle.
Cumplan todo sin quejas ni discusiones; así
no tendrán falla ni defecto y serán hijos de DIOS sin reproche en medio de una
generación descarriada y pervertida.
Ustedes son la luz en medio de ellos, como
las estrellas en el universo, al presentarles la palabra de vida.
De ese modo me sentiré orgulloso de ustedes
en el día de CRISTO, porque mis esfuerzos y mis afanes no habrán sido inútiles.
Y aunque deba derramar mi sangre sobre la celebración y ofrenda de vuestra fe, me
sentiría feliz y me alegraría con todos ustedes. Y también ustedes se han de
sentir felices y alegres conmigo.
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