Juan
12; 24 – 26
“En verdad les digo: Si el grano de trigo cae a la
tierra y se muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su
vida la destruye, y el que desprecia su vida en este mundo, la conserva para la
vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde YO este, allí estará
también mi servidor. Y al que me sirve, el PADRE le dará un puesto de honor.”
Palabra
del Señor.
Comentario
¡Cuántos
creyentes que, siguiendo a Jesús como el diácono san Lorenzo, han dado su vida
de manera fructuosa! Su generosidad se multiplicó y creció en frutos buenos
para toda la Iglesia. Su entrega, tantas veces silenciosa como el grano
escondido en la tierra, se ha multiplicado abundantemente.
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