Proverbios 28
El malvado huye aunque nadie lo persiga, pero el justo se
siente seguro como el león.
Para castigo del país son muchos sus gobernantes; con un
hombre inteligente hay estabilidad.
Un hombre malvado que oprime a los desdichados es como
lluvia devastadora que deja sin pan.
Los que abandonan la ley aplauden al malo, los observantes
lo combaten.
Los malvados no comprenden la justicia, pero los que buscan
a DIOS comprenden todo.
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