Apoc 1, 17-18
Yo soy el primero y el último, el viviente. Estuve muerto pero ahora vivo para siempre. Aleluya.
Juan
17; 1 – 11
Dicho esto, JESUS elevó sus ojos al cielo y exclamo:
“PADRE, ha llegado la hora; ¡glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te de gloria
a ti!
Tu le diste poder sobre todos los mortales y quieres
que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste. Y esta es la
vida eterna: Conocerte a ti, único DIOS verdadero, y al que tu has enviado,
JESUS, el CRISTO.
YO te he glorificado en la tierra y he terminado la
obra que me encomendaste. Ahora, PADRE, dame junto a ti la misma gloria que tenia
antes que comenzara el mundo.
He manifestado tu Nombre a los hombres; hablo de los
que me diste, tomándolos del mundo. Eran tuyos, tú me los diste y han guardado
tu palabra. Ahora reconocen que todo lo que me has dado viene de ti. El mensaje
que recibí se los he entregado y ellos lo
han recibido, y reconocen de verdad que YO he salido de ti y creen que
tu me has enviado.
YO ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por
los que son tuyos y tu me diste (todo lo mio es tuyo y todo lo tuyo es mio) YO
ya he sido glorificado a través de ellos.
YO ya no estoy mas en el mundo, pero ellos se quedan
en el mundo, mientras que vuelvo a ti”
Palabra
del Señor.
Comentario
De
alguna manera, el fin de la misión de Cristo ha llegado. Luego de anunciar la
Palabra al mundo, ahora se prepara para su entrega final y definitiva. En todo
momento muestra un acto de libertad, sin presión ni opresión por parte del
Padre.
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