Antífona de entrada Sal 46, 2
Todos los pueblos aplaudan y aclamen al Señor con gritos de alegría.
Mateo
9; 14 – 17
Entonces se le acercaron los Discípulos de Juan y le
preguntaron: nosotros y los Fariseos ayunamos en muchas ocasiones ¿Por qué tus
Discípulos no ayunan?
JESUS les contesto: “¿quieren ustedes que los
compañeros del novio estén de duelo mientras el novio esta con ellos? Llegará
el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán.”
Nadie remienda un vestido viejo con pedazo de tela
nueva, porque el pedazo nuevo tirará del vestido y la rotura se hará mayor.
Nadie echa vino nuevo en recipientes de cuero viejos, porque si lo hacen, se
reventarán los cueros, el vino se desparramará y los recipientes se
estropearán. El vino nuevo se echa en cueros nuevos, y así se conservan bien el
vino y los cueros.
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús
nunca desestimó el ayuno. Es más, lo reconoce como algo cotidiano (por ejemplo
cuando aconseja: “cuando ayunen… no hagan como…”). Sin embargo, hay momentos
para sentirse más libres y celebrar, porque el encuentro con Jesús supera
cualquier ritual y acto de piedad.
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