Proverbios 11
El justo se libera de la angustia, el malvado será
angustiado en su lugar.
El impíos arruina con su boca al prójimo, pero los justos se
liberan con su sabiduría.
La ciudad se alegra por la alegría de los justos, y lanza gritos
de jubilo con la perdición de los malos.
Los hombres rectos traen a la cuidad la bendición con la que
se levanta; la boca de los malvados la destruye.
El que desprecia a su prójimo es un insensato, el sabio
prefiere callar.
El hablador revela los secretos, el de espíritu seguro
oculta las cosas.
Por falta de gobierno decaen un pueblo; donde hay numerosos
consejeros hay éxito.
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