domingo, 25 de noviembre de 2012


Eclesiastés 12

Se suelta el hilo de plata se quiebra la lámpara de oro, y se estrella el cántaro en la fuente y se quiebra y se rompe la polea del pozo.
Y vuelve el polvo a la tierra donde antes estaba, y el espíritu retorna a DIOS, porque El es quien se lo dio.
No hay razón, dice el predicador, el Elcesiastés. ¡Todo es absurdo!
El Elcesiastés, además de que fue un sabio también enseño la sabiduría al pueblo; meditó, examinó y ordeno muchos proverbios.

 

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