Los impíos dicen: No hay otra vida.
Pero los pecadores llaman a la muerte con obras y palabras.
La consideran su amiga, se desviven por ella y con ella hacen alianza; bien merecen que ella
los haga suyos.
Porque se ponen a pensar equivocadamente: corta y triste es
nuestra vida, el hombre no tiene remedio para salirse de la muerte y nunca se
vio que alguien volviera del otro mundo.
Pero DIOS creo al hombre para que no pereciera, y lo hizo
inmortal igual como lo es El. Por envidia el Diablo entro la muerte en el
mundo, y los que se pusieron de su lado perecieron.
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