Sal 26, 7. 9
Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio.
Mateo
5; 43 – 48
“Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y
no harás amistad con tu enemigo. Pero YO les digo: amen a sus enemigos y recen
por sus perseguidores, para que así sean hijos de su PADRE que esta en el Cielo.
Porque El hace brillar su sol sobre buenos y malos, y envía la lluvia sobre
justos y pecadores.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué mérito
tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si saludan solo a sus
amigos, ¿Qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Por su
parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el PADRE de ustedes que esta en el
Cielo.”
Palabra
del Señor.
Comentario
¿Qué
hacer con aquellos que no nos quieren, que nos tratan mal o nos hacen daño?
Para tener sosiego en nuestro corazón, encomendemos la vida de esas personas a
Dios. Digamos simplemente: “Jesús, cuidá de tal persona”. Y así nuestro corazón
renunciará al odio y la venganza.
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