Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre.
Lucas
9; 18 – 24
Un día JESUS se había apartado un poco para orar,
pero sus Discípulos estaban con El. Entonces les preguntó: “Según el parecer de
la gente ¿Quién soy YO?” Ellos contestaron: Unos dicen que eres Juan el
Bautista, otros que eres Elías, y otros que eres alguno de los profetas
antiguos que ha resucitado. Entonces les pregunto: “Y ustedes ¿Quien dicen que
soy YO?” Pedro respondió: Tu eres el Cristo de DIOS”. JESUS les hizo esta advertencia:
“No se lo digan a nadie”
Y les decía: “El Hijo del Hombres tiene que sufrir
mucho y ser rechazado por Las autoridades Judías, por los jefes de los
sacerdotes, y por los maestros de la Ley. Lo condenarán a muerte, pero tres
días después resucitara.”
También JESUS decía a toda la gente: “Si alguno
quiere seguirme, que se niegue a si mismo, que cargue con su cruz de cada día y
me siga. Les digo: el que quiera salvarse a si mismo, se perderá, y el que
pierda su vida por causa Mía, se salvará.”
Palabra
del Señor.
Comentario
¿Quién
es Jesús? Desde nuestra propia experiencia, surge la respuesta. A pesar de la
diversidad de respuestas, todas deben coincidir con la misma confesión: es el
Mesías, que atravesará el dolor y la muerte y resucitará. Sobre esta fe se
construye toda la doctrina cristiana.
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