Saber hablar y saber callarse
El que en seguida se confía muestra su poca
reflexión, quién peca se hace daño a si mismo.
El que se deleita con el pacer será
condenado, el que odia la charlatanería se libra del mal.
Nunca repitas lo que te han dicho, y nunca
saldrás perdiendo.
No cuentes nada ni a tu amigo ni a tu
enemigo; y, a menos que el callarlo sea un pecado, no se lo digas a nadie. Te
escucharían y desconfiarían de ti y acabarían por odiarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario