sábado, 30 de marzo de 2013


Sirácides 22

Antes que las llamas, se ven el vapor y el humo del brasero; del mismo modo, las injurias preceden al crimen.
No me avergonzare de proteger a mi amigo, ni me esconderé de él; y si por causa de él me sucede algo malo, todos los que lo sepan se cuidarán de él.
¿Quién pondrá en mi boca un candado y en mis labios una cerradura con llave para que no me hagan pecar ni sea mi lengua la causa de mi perdición?


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