viernes, 2 de diciembre de 2016

Mateo 9; 27 -31

Dos ciegos siguieron a JESUS, gritando: Ten piedad de nosotros, hijo de David. Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron, y Él les pregunto: “¿Creen que Yo puedo hacer lo que ustedes piden?” Ellos respondieron: Si SEÑOR. JESUS, les toco los ojos diciendo: “Que suceda como ustedes han creído”. Y se les abrieron los ojos. Entonces JESUS los conminó: “¡Cuidado! Que nadie lo sepa” Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Palabra del Señor.

Comentario

El encuentro con Jesús devuelve la vista. Tal como se anunciaba en el clamor de Isaías de la lectura anterior. Pero aquí hay un detalle que no podemos dejar pasar: el que ha visto la verdad ya no puede callar. El “ver” está intrínsecamente unido al “anunciar”


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