jueves, 30 de noviembre de 2017

Evangelio     Mt 4, 18-22

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar, porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Palabra del Señor.

Comentario


El seguimiento de Jesús comienza en un encuentro. En ese instante, se puede captar el llamado y la libertad de seguirlo. No puede haber seguimiento del Señor si no existe este espacio de intimidad, y el reconocimiento de su palabra y de que él mismo nos busca.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 21, 10-19

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo. Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.
Palabra del Señor.

Comentario


“Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: ‘Con su perseverancia salvarán sus vidas’. ¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son una llamada a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia: las pruebas y las dificultades forman parte de un designio más grande; el Señor, dueño de la historia, conduce todo a su realización. A pesar de los desórdenes y los desastres que agitan el mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá. Y esta es nuestra esperanza: andar así, por este camino, en el designio de Dios que se realizará. Es nuestra esperanza. Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con valentía y esperanza, en compañía de la Virgen, que siempre camina con nosotros” (Papa Francisco, 17/11/2013).

martes, 28 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 21, 5-9

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas. Entonces Jesús dijo: “De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”. Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”. Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: “Soy yo”, y también: “El tiempo está cerca”. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.
Palabra del Señor.

Comentario


Todo lo que edificamos, sean templos, edificios enormes, estructuras dominantes u organizaciones poderosas, caerán en algún momento. No hay nada más grande y poderoso que Dios. Por eso, el texto nos lleva a pensar sobre qué nos apoyamos para construir nuestra propia vida.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Lucas 20; 27 – 40

Se acercaron a JESUS algunos saduceos que niegan la resurrección, y le dijeron: Maestro Moisés no ha ordenado: Si alguien esta casado y muere sin dejar descendencia, el hermano que le sigue deberá casarse con la viuda para que tenga descendencia. Ahora bien si muere el hermano sin dejar descendencia y los sucesivos hermanos; siete en total,  y finalmente muere la mujer. Después que resuciten ¿De quién será esposa la mujer, si los siete la tuvieron como esposa? JESUS le respondió: “En el mundo los hombres y las mujeres se casan, pero lo que son juzgados dignos de participar del mundo futuro de la resurrección no se casan. Ya no pueden morir, porque son semejante a los ángeles y son hijos de DIOS. Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al SEÑOR: DIOS de Abrahán, de Isaac y de Jacob, porque ÉL no es DIOS de muertos, sino de vivientes, todos en efecto viven para ÉL.” Tomando la palabra, algunos escribes le dijeron: Maestro has hablado bien. Y  ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor.

Comentario


En el relato, se plantea el tema de “la otra vida”. ¿Cómo será? ¿Cómo nos relacionaremos con otros? ¿Qué tipo de vida llevaremos? Todo lo que respondamos será siempre pobre y producto de elucubraciones sin muchos argumentos y de la imaginación. Jesús, en esta respuesta, nos enseña a aceptar la resurrección y, por lo tanto, la seguridad de que la muerte no acabará con nuestra vida.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 19, 45-48

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús, al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones’”. Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Palabra del Señor.

Comentario


En la lectura anterior, el pueblo celebra la fiesta de la recuperación del Templo. En este evangelio, Jesús considera que el Templo ha sido contaminado por el mismo pueblo, y no por un enemigo externo. Es necesario, entonces, reconocer que la vigilancia es una tarea constante para mantener puro los lugares en los que Dios habita. Y, por supuesto, nosotros también somos uno de esos lugares.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 19, 41-44

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: “¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios”.
Palabra del Señor.

Comentario


Miremos hoy cómo está nuestro barrio, nuestra comunidad o nuestro País. Parece que los conflictos se han adueñado de nuestras vidas y quedamos como atrapados. Hoy Jesús también nos mira a nosotros, a nuestro barrio, a nuestra comunidad, y nos pide que busquemos caminos para llegar a la paz. En lo que podamos ser responsables, construyamos una vida de paz.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Lucas 19; 11 – 28

JESUS dijo esta parábola porque estaba ceca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de DIOS iba a aparecer de un momento a otro. Les dijo: “Un hombre fue llamado a un país lejano para darle investidura real. Llamo a sus servidores y les dio a cada uno cien monedas de plata y les dijo: háganlas producir hasta que yo regrese, y partió. También partieron detrás de él, personas que lo odiaban para pedir que no lo nombren en rey. Pasado un tiempo, regreso y llamo a sus servidores para pedirles cuenta. El primero, le dijo: aquí tienes tus cien monedas de plata, las hice producir otras cien veces mas. El rey le contesto: buen servidor, bien aquí tienes las cien monedas y estarás a cargo de diez ciudades.  Así con todos sus servidores hasta que vino uno y le dijo: Señor, yo sé que tu cosechas donde no siembras y recoges donde no has esparcido, tuve miedo y guarde tus cien monedas de plata. El rey le respondió: Si sabes que recojo donde no esparcí y cosecho donde no sembré, debiste prestar las monedas, así a mi regreso, tendrías mas monedas de plata. Por eso quítenle las monedas y den al que tiene mil, sus sirvientes le dijeron: pero señor, él ya tiene diez ciudades, el rey respondió: Al que tiene se le dará mas aún, y al que no tiene se le quitara aún lo poco que tiene. Y en cuanto a mis enemigos, tráiganlo aquí y mátenlo en mi presencia.” Después de haber dicho esto, JESUS siguió su camino a JERUSALÉN.
Palabra del Señor.

Comentario


Esta parábola, destinada a quienes pensaban que el reino de Dios llegaría inmediatamente, muestra que existe una espera activa y productiva. Mientras esperamos el Reino, podemos multiplicar lo que el Señor nos ha dado. Y no vale la excusa de que “no sabíamos que tenemos que hacer esto...”. Los dones recibidos son para beneficio del pueblo de Dios y no para el nuestro.

martes, 21 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 19, 1-10

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: “Se ha ido a alojar en casa de un pecador”. Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: “Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más”. Y Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.
Palabra del Señor.

Comentario


“Zaqueo “se asemeja a tantas personas de recta intención y a tantos marginados de nuestra sociedad que buscan a Dios sin saber lo que buscan, y la comunidad no es capaz de facilitarles el encuentro con el Salvador. A estos que buscan a Dios con sincero corazón Jesús no los abandona y se les manifiesta para ofrecerles su salvación” (comentario del Nuevo Testamento, Biblia de la Iglesia en América, Ed. PPC).

lunes, 20 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 18, 35-43

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”. Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”. Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. “Señor, que yo vea otra vez”. Y Jesús le dijo: “Recupera la vista, tu fe te ha salvado”. En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.
Palabra del Señor.

Comentario


Por un momento, prestemos atención a los que quieren impedir que el ciego llegue a Jesús. Esa gente (se podría incluir a los mismos discípulos) no quiere problemas y considera que este ciego, al gritar que Jesús es el hijo de David, provocaría conflictos con el Imperio romano. Ellos prefieren cerrar la boca del que clama con el fin de mantenerlo ciego para que nada cambie, para que todo quede en su lugar, para que no surjan inconvenientes.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Mt 25, 14-15. 19-21

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. “Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado”. “Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor”.
Palabra del Señor.

Comentario


Con un extraño ejemplo económico, Jesús nos enfrenta a una realidad: Dios nos ha dado “algo” que debemos multiplicar. Ahora bien, será necesario hacer un camino de búsqueda muy sincero para descubrir qué nos ha dado el Señor, luego agradecerlo (¡es un don!) y, por fin, ponerlo a disposición del Reino con absoluta sinceridad y coraje. Debemos saber que tenemos “algo” que solo nosotros podemos dar a los demás. Y Dios espera que así lo hagamos.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 18, 1-8

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’”. Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.
Palabra del Señor.

Comentario


Un juez injusto parece una contradicción, algo incoherente, pero existen magistrados con esta característica. Si un juez de este tipo es capaz de hacer algo bueno, aunque más no sea para no ser molestado, ¡cuánto más Dios! En él, no hay contradicción ni incoherencias, solo bondad. Por eso, puede recibir nuestro clamor en todo momento. El ejemplo nos lleva a tener una gran confianza hacia nuestro Padre Dios.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 17, 26-37

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: “En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé. La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos. Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía. Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos. Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre. En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo no vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. El que trate de salvar su vida la perderá; y el que la pierda la conservará. Les aseguro que en esa noche, de dos que estén en el mismo lecho, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada”. Entonces le preguntaron: “¿Dónde sucederá esto, Señor?”. Jesús les respondió: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús nos habla de un final, un tiempo, un día, en que todos sus hijos e hijas deberemos encontrarnos con él. No se trata de un destino trágico, sino de un encuentro feliz por haber llegado por fin a nuestra casa eterna.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 17, 20-25

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo llegará el Reino de Dios. Él les respondió: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: “Está aquí” o “Está allí”. Porque el Reino de Dios está entre ustedes”. Jesús dijo después a sus discípulos: “Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: “Está aquí” o “Está allí”, pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación”.
Palabra del Señor.

Comentario


Los cristianos debemos tener los criterios necesarios para saber discernir dónde se hace presente el reino de Dios. O lo que es lo mismo: tenemos que estar atentos para saber ver dónde habla Dios. Hay quienes pueden confundirnos con sus ropajes religiosos o sus promesas de salvación mesiánica y podemos caer en sus predicaciones engañosas.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 17, 11-19

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”. Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Y en el camino, quedaron purificados. Uno de ellos, al comprobar que estaba sano, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. Jesús le dijo entonces: “¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?”. Y agregó: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.
Palabra del Señor.

Comentario


Los diez fueron curados, pero el samaritano consiguió algo más. Su condición de samaritano, por la cual todos lo consideraban casi como a un hereje, no fue un impedimento para recibir todo el sentido del milagro que se concretaba en su ser. Este “hereje” fue capaz de registrar el paso de Dios por su vida, paso que le llegó con salud integral.

martes, 14 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 17, 7-10

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: “Ven pronto y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después”? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.
Palabra del Señor.

Comentario


Somos servidores de un gran rey. Nuestra pequeña tarea se vuelve valiosa por el Nombre de Aquel a quien servimos. El reino de Dios sigue creciendo como levadura en la masa, también con nuestro servicio alegre y oculto.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Evangelio      Lc 17, 1-6

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: “Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, perdónalo”. Los Apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. Él respondió: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, ella les obedecería”.
Palabra del Señor.

Comentario


¿Acaso algo pequeño puede lograr grandes efectos? Jesús lo ilustra con el tamaño del grano de mostaza. Sólo eso se pide a nuestra fe. Y podemos ejemplificarlo con la vida de muchas personas “pequeñas” que, movidas por su fe, hicieron grandes cosas. Y aún en medio de grandes dificultades, movieron  montañas.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Mateo 25; 1  - 13

JESUS dijo a sus Discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos se parecerá a 10 jóvenes que se fueron con sus lámparas a esperar al novio. Cinco de ellas eran necias y cinco prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas pero también llenaron de aceite en sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entro sueño y todas se quedaron dormidas. Pero a media noche se oyó un grito: Ya viene el esposo, salgan a su encuentro. Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: ¿Podrían darnos un poco de aceite?, porque nuestras lámparas se apagan. Pero estas le respondieron: No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo del mercado. Mientras tanto, llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él a la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: Señor, señor, ábrenos. Pero él respondió: Les aseguro que no las conozco. Estén prevenidos porque no saben ni el día ni la hora.”
Palabra del Señor.

Comentario

Puede sonar un poco egoístas las prudentes, pero cuando enfrentemos a DIOS en el juicio final: DIOS nos pedirá cuenta de nuestros actos, y no podremos decir que alguien rezo por mi, o que alguien hizo sacrificios por mi. Nos medirán por nuestras acciones y actitudes.

Estas jóvenes fueron invitadas a ser parte del cortejo en un casamiento. Seguramente, si una persona amiga nos hiciera semejante honor, no nos quedaríamos dormidos el día de la fiesta. Esto, que sería improbable para una reunión social, nos puede ocurrir para la gran fiesta del Reino de los Cielos. Puede ocurrir que nuestra alma se apoltrone y se duerma, estancados en la vida espiritual y perdiendo el entusiasmo y la atención. La parábola nos exhorta a vivir despabilados y atentos para encontrarnos con Dios.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 16, 9-15

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús decía a sus discípulos: “Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”. Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: “Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios”.
Palabra del Señor.

Comentario


“Oiga esto el avaro y vea que no puede servir a la vez a Jesucristo y a las riquezas. Sin embargo, no dijo: quien tiene riquezas, sino el que sirve a las riquezas, porque el que está esclavizado por ellas las guarda como su siervo, y el que sacude el yugo de esta esclavitud, las distribuye como señor. Pero el que sirve a las riquezas sirve también a aquel que por su perversidad es llamado con razón dueño de las cosas terrenas y el príncipe de este siglo” (San Beda el Venerable).

viernes, 10 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 16, 1-8

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús decía a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto”. El administrador pensó entonces: “¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!”. Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi señor?”. “Veinte barriles de aceite”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez”. Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. “Cuatrocientos quintales de trigo”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo y anota trescientos”. Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
Palabra del Señor.

Comentario


Este hombre supo usar todo lo que era y lo que tenía para salvar su situación. Contactos, conocidos y habilidades comerciales le sirvieron para lograr su objetivo con audacia y astucia. Jesús continuamente insiste que nos arriesguemos y dejemos todo por el reino de Dios. ¿Tendremos esa audacia para lograrlo?

jueves, 9 de noviembre de 2017

Evangelio     Jn 2, 13-22

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”. Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: “El celo por tu casa me consumirá”. Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué signo nos das para obrar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar”. Los judíos le dijeron: “Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”. Pero él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Palabra del Señor.

Comentario


El Templo de Jerusalén evocaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Aquello que era figura se hizo realidad en Jesús. Él es Dios mismo en medio de la humanidad. A él honramos dentro o fuera de nuestros templos, en sus múltiples formas de presencia.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 14, 25-33

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo.
Palabra del Señor.

Comentario


La acción pasa de la mesa al camino. ¿Qué necesitamos para caminar? Liberarnos de cualquier atadura que pueda ser lastre y decidirnos a ir hacia adelante. Todo lo que somos y tenemos, nuestros vínculos y nuestros bienes, quedan subordinados a esta meta del discipulado. Todo se ordena para que podamos caminar tras las huellas de Jesús.

martes, 7 de noviembre de 2017

Evangelio      Lc 14, 1a. 15-24

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los princi­pales fariseos. Uno de los invitados le dijo: “¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!”. Jesús le respondió: “Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: ‘Vengan, todo está preparado’. Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: ‘Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes’. El segundo dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bue­yes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes’. Y un tercero res­pondió: “Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir’. A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y este, irritado, le dijo: ‘Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos’. Volvió el sirviente y dijo: ‘Señor, tus órdenes se han cumpli­do y aún sobra lugar’. El señor le respondió: ‘Ve a los caminos y a lo largo de los cercados, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa. Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena’”.
Palabra del Señor.

Comentario


La comida de la fiesta está lista, pero los invitados no quieren concurrir a esta. ¡Qué desplante! El señor igualmente hará su fiesta y su comida con quien sea porque quiere tener su casa llena de gente. Las puertas del reino de Dios están abiertas y la invitación para participar de este está hecha. No nos quedemos afuera.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 14, 1. 12-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Jesús dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”.
Palabra del Señor.

Comentario


Sería más fácil si Jesús nos dijera que demos de comer a los pobres en lugar de “siéntense a comer con ellos”. La exigencia está planteada para que no permanezcamos conformes y encerrados en nuestro “mundito”. Como el reino de Dios no tiene límites, Jesús quiere que hagamos realidad esta comensalía ilimitada compartiendo lo que tenemos con aquellos que no podrán retribuírnoslo.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 14, 1. 7-11

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: “Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado”.
Palabra del Señor.

Comentario


Las ansias de exhibición y figuración no son sólo un mal de nuestro tiempo. Jesús ya conocía estas vanidades. Por eso, no deja de exhortarnos a la humildad, que hoy llamamos “perfil bajo”.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 14, 1-6

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: “¿Está permitido sanar en sábado o no?”. Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?”. A esto no pudieron responder nada.
Palabra del Señor.

Comentario


En este capítulo 14 del Evangelio según san Lucas, leeremos varios pasajes que tienen un escenario común: todos ocurren alrededor de la mesa. Estar sentados a la misma mesa –la comensalía–, implica siempre algún grado de comunión; no nos sentamos a comer con cualquiera. Estas acciones y palabras de Jesús alrededor de la mesa, son ya un signo del reino de Dios: una mesa con lugar para todos.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Evangelio     Lc 24, 1-8

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: ‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día’”. Y las mujeres recordaron sus palabras.
Palabra del Señor.

Comentario


Como las discípulas que van a la tumba llenas de amor por el Maestro, también nosotros honramos a nuestros seres queridos. También a nosotros se nos dirigen las palabras del anuncio, para que no busquemos entre los muertos. Porque creemos que la muerte no tiene la última palabra, cuando recordamos a nuestros seres queridos lo hacemos llenos de esperanza en que un día la resurrección nos reunirá.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Evangelio     Mt 4, 25—5, 12

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania. Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: “Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron”.
Palabra del Señor.

Comentario


Una bienaventuranza es una felicitación. Seguramente conocemos personas que viven el espíritu de las bienaventuranzas: mansos, forjadores de paz, sedientos de justicia, pobres... en definitiva, todos los que orientan su vida hacia el Reino de Dios y así viven hoy la santidad. Que llegue hoy hasta ellos nuestra felicitación y agradecimiento a Dios, que anima nuestra fe poniéndonos cerca modelos de santidad.