sábado, 31 de diciembre de 2016

Evangelio     Jn 1, 1-18

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquél del que yo dije: El que viene después de mí, me ha precedido, porque existía antes que yo”. De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia; porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado, es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús es la Palabra que Dios quiere pronunciar sobre nosotros. Es la Palabra que nos transmite la luz y la vida. Es la Palabra que quiere habitar en medio de nosotros. Abramos los oídos y el corazón a esta Palabra amorosa en la que Dios se nos comunica por entero.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 2, 13-15. 19-23

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: “Desde Egipto llamé a mi hijo”. Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño”. José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: “Será llamado Nazareno”.
Palabra del Señor.

Comentario


Muchas familias de la tierra han sufrido o sufren el exilio por motivos políticos. Jesús, José y María no fueron ajenos a esta realidad. Conocieron las penurias de los desplazamientos y las dificultades de llegar a una tierra desconocida. Jesús se encarnó para hacerse solidario con toda debilidad humana, también la que se vive en las familias. Él camina también con los desplazados de hoy.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 2, 22-35

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando llegó el día fijado por la ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor”. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”. Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús Niño llega al Templo, el lugar más sagrado de la religión judía. Allí, Jesús comienza a revelarse como signo de contradicción: hay que decidir entre aceptarlo o rechazarlo. En estos días en que miramos a Jesús Niño en el pesebre digámosle nuevamente que él es la luz de nuestra vida, que él es el único del cual esperamos salvación.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 2, 13-18

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después de la partida de los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del profeta: “Desde Egipto llamé a mi hijo”. Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: “En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen”.
Palabra del Señor.

Comentario


“Al igual que Moisés, Jesús es salvado de una muerte segura a manos del tirano, e igual que él, tiene que huir con su familia. De esta forma, el evangelista nos dice que Jesús es el nuevo Moisés quien, a través de un nuevo Éxodo, llevará a su pueblo, asumiendo el exilio y la persecución, hacia una nueva y definitiva liberación. Pero no sólo a su pueblo, Israel, sino a todos los pueblos de la tierra” (comentario de La Biblia de Nuestro Pueblo, Ed. Mensajero).

martes, 27 de diciembre de 2016

Evangelio     Jn 20, 1-8

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús; este no estaba caído con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.
Palabra del Señor.

Comentario


El discípulo vive en el amor y por el amor. Cuando escucha una noticia de Jesús le urge saber qué pasa. Quiere experimentar el don de Dios. El discípulo cree, y esa fe sostiene su vida. El texto no identifica al discípulo con ningún nombre. Pongamos allí nuestro nombre y estemos dispuestos a correr al encuentro de Jesús.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 2, 1-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque donde se alojaban no había lugar para ellos. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y junto con el ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por él!”.
Palabra del Señor.

Comentario

“Viniendo a Belén, el pueblito de Cristo, ¿Con qué palabras, con qué expresiones podremos describir el pesebre del Salvador? Mejor será venerarlo en silencio que ensalzarlo con un pobre discurso. Aquí, en este pequeño agujero de la tierra, nació el Creador de los Cielos. Aquí fue envuelto en pañales, aquí fue contemplado por los pastores, aquí lo señaló la estrella, aquí fue adorado por los magos. ¿Dónde están los artesonados de oro? Todo es aquí rusticidad. Volvamos al pesebre; aquí cantaremos continuamente, aquí oraremos y diremos: He hallado al que buscaba mi alma” (Santa Paula, carta 46).

viernes, 23 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 57-66

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”. Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”. Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él.
Palabra del Señor.

Comentario


¿Qué hace un profeta? Lleva a la gente a preguntarse por la voluntad de Dios sobre su vida. Juan Bautista comenzó a cumplir esta misión desde su mismo nacimiento. Todos los acontecimientos alrededor de su llegada hicieron que sus vecinos y parientes meditaran sobre la gran misericordia con que Dios trata a su pueblo.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 46-55

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
María dijo: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de sus tronos, y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”.
Palabra del Señor.

Comentario


La teóloga Elizabeth Johnson dice que el Magníficat nos hace descubrir a María como “compañera en esperanza”. Compañera porque conoce los sufrimientos de los pueblos, de los pequeños y de los que tienen hambre. Y porque su canto nos hace dirigirnos con esperanza al Dios vivo, haciendo memoria, como ella, de su obra de amor y cuidado.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 39-45

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
Palabra del Señor.

Comentario


María viaja, Isabel exulta, y el pequeño Juan salta de gozo anunciando la llegada del Mesías. Todo es dinamismo y alegría en este encuentro. Todo es disposición de espíritu para que en cada casa y en cada corazón entre a reinar el Señor que ya viene.

martes, 20 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 26-38

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?”. El ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu palabra”. Y el ángel se alejó.
Palabra del Señor.

Comentario


El ángel anuncia las características del Niño que nacerá: Jesús será Rey, dando así cumplimiento a la expectativa centrada en la casa de David. Y será Hijo del Altísimo, cumpliendo el anhelo que desde siempre buscaron todas las religiones: tener a Dios cerca. María se pone al servicio de este amoroso plan de Dios.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 5-25

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada. Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso. Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Ángel le dijo: “No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. Él será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto”. Pero Zacarías dijo al Ángel: “¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada”. El Ángel le respondió: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”. Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. Él se expresaba por señas, porque se había quedado mudo. Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: “Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres”.
Palabra del Señor.

Comentario


Juan es anunciado como aquel que queda consagrado a Dios desde el vientre materno. El Espíritu Santo actuará en él para que cumpla la misión profética. Es la misión que la Iglesia debe recrear y renovar en todo tiempo y circunstancia, porque siempre habrá caminos que allanar y corazones que convertir para que el Señor venga.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 1, 1-17

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Palabra del Señor.

Comentario


Esta larga lista de nombres está marcada por la existencia de la monarquía. Hay un primer período desde los orígenes hasta que David instauró la monarquía; luego el período de la monarquía que finalizó con el exilio en Babilonia y un tercer y último período posterior al exilio, en que Judá estuvo siempre dominado por imperios extranjeros y ya no tuvo reyes. Llega el momento en que la historia se abre, expectante, al cumplimiento de la promesa: el Rey ya viene.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 7, 24-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando los enviados de Juan el Bautista partieron, Jesús comenzó a hablar de él a la multitud, diciendo: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que llevan suntuosas vestiduras y viven en la opulencia, están en los palacios de los reyes. ¿Qué salieron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. Él es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan, y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él”. Todo el pueblo que lo escuchaba, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los doctores de la Ley, al no hacerse bautizar por él, frustraron el designio de Dios para con ellos.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús alaba a Juan no sólo por la actitud de haber creído sino porque, aunque su vida profética lo llevó a una situación desgraciada, desde la cárcel sigue mostrándose fiel. Juan ha vivido una fe comprometida, hasta el final.

martes, 13 de diciembre de 2016

Mateo 21; 28 – 32

JESUS  dijo a los Sumo sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenia dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a la viña. El respondió: No quiero. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: Voy señor, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?” El primero, le respondieron. JESUS les dijo: “Les aseguro que lo publicanos y las prostitutas llegaran primero que ustedes al Reino de DIOS. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y ustedes no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido y han creído en él.”
Palabra del Señor.

Comentario


“Podemos señalar que –así como lo había destacado Mateo en otra parte, cf. 7, 21-27– la fidelidad a Dios no viene dada por la confesión explícita sino por la práctica (una suerte de ortopraxis por encima de la ortodoxia); puesto que lo que cuenta es la realización de la voluntad de Dios; y es evidente que la ‘hizo’ el que si bien había dicho ‘no voy’ finalmente fue” (Eduardo de la Serna, comentario en www.amerindiaenlared.org).

lunes, 12 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 39-48

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz”.
Palabra del Señor.

Comentario

“El canto expresa clarito de qué lado se pone Dios, y María puede cantarlo, porque lo ha experimentado ella misma: ‘derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes’. ¡Tanto sacerdote y tanto levita en Jerusalén, y el Salvador viene por medio de una muchachita de un pueblo del interior!” (M. Gloria Ladislao, La mujeres en la Biblia, Ed. San Pablo).

sábado, 10 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 17, 10-13

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Los discípulos preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?”. Él respondió: “Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Así también harán padecer al Hijo del hombre”. Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús aplica la esperanza de aquel retorno de Elías a Juan el bautista. Pero esa humanidad reconciliada que se ha prometido no ha llegado con Juan, ¿entonces? ¿Es o no es Elías? Jesús advierte que este cambio vendrá si se cree en su propuesta. De este modo sí que la conversión y reconciliación serán posibles.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 11, 16-19

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud: ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: “¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!”. Porque llegó Juan el Bautista, que no come ni bebe, y ustedes dicen: “¡Está endemoniado!”. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús se queja por la falta de coherencia de parte de su gente. Se inventan siempre algún pretexto para no aceptar el mensaje de Dios anunciado por Jesús. De hecho, es relativamente fácil encontrar argumentos y pretextos para rechazar a los que piensan de forma diferente a la nuestra (http://www.ocarm.org/es/content/lectio/lectio-divna-mateo-1116-19).

jueves, 8 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 1, 26-38

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?”. El ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra”. Y el ángel se alejó.
Palabra del Señor.

Comentario


“María nos reta en esta mañana a ver quién es más feliz, si ella en gracia de Dios o el pecador gozando del mundo y abusando de las cosas de la tierra, pero en pecado. María, la llena de gracia, es la sumamente feliz, no hay felicidad más grande que la de María al sentirse tan llena de Dios, como canta aquel himno cuando la felicitó su prima santa Isabel. María como una poetisa, como una profetisa, como una alabadora de Dios, canta su hermoso cántico: Mi alma glorifica al Señor, se llena de gozo en Dios mi salvador, porque mi alma está llena del Todopoderoso, porque mi alma está llena como de un perfume que no se parece a ninguno de la tierra. El perfume del cielo, la santidad infinita casi de María, es la belleza a donde la Iglesia quiere promover a todos sus cristianos” (Oscar Romero 8/12/1977).

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 11, 28-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús tomó la palabra y dijo: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús, recibe hoy, y siempre, mi cansancio y mi agobio. Aún en esos momentos en que ni siquiera tengo fuerzas para ir hacia vos como hoy me lo pedís. Porque cuando yo no puedo ir hacia vos, sé que solo debo esperarte, porque estoy seguro que vas a venir.

martes, 6 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 18, 12-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre de ustedes, que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños”.
Palabra del Señor.

Comentario


El Señor sale a buscar lo que está perdido, aquello que nadie considera necesario buscar y encontrar, aquellos a los que a nadie preocupa que se pierdan. Dios se conmueve por los que han sido abandonados.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Evangelio     Lc 5, 17-26

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para sanar. Llegaron entonces unas personas trayendo a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para ponerlo delante de Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron por entre las tejas con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”. Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: “¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: “¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados están perdonados’, o ‘Levántate y camina’? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– a ti te digo, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa”. Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: “Hoy hemos visto cosas maravillosas”.
Palabra del Señor.

Comentario


¡Qué hermosa imagen! Hagamos también nosotros lo mismo que estos hombres: llevemos a nuestros hermanos dolidos, sufrientes, solos y perdidos, hacia el Señor. Desde nuestras diversas vocaciones la misión siempre ha de ser la misma.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 9, 35—10, 1. 5a. 6-8

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha”. Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: “Vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”.
Palabra del Señor.

Comentario


La misión de los discípulos es hacer presente la misericordia de Dios, sanando el corazón, liberando del pecado, y atendiendo el dolor de todos los hombres.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Mateo 9; 27 -31

Dos ciegos siguieron a JESUS, gritando: Ten piedad de nosotros, hijo de David. Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron, y Él les pregunto: “¿Creen que Yo puedo hacer lo que ustedes piden?” Ellos respondieron: Si SEÑOR. JESUS, les toco los ojos diciendo: “Que suceda como ustedes han creído”. Y se les abrieron los ojos. Entonces JESUS los conminó: “¡Cuidado! Que nadie lo sepa” Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Palabra del Señor.

Comentario

El encuentro con Jesús devuelve la vista. Tal como se anunciaba en el clamor de Isaías de la lectura anterior. Pero aquí hay un detalle que no podemos dejar pasar: el que ha visto la verdad ya no puede callar. El “ver” está intrínsecamente unido al “anunciar”


jueves, 1 de diciembre de 2016

Evangelio     Mt 7, 21. 24-27

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande.
Palabra del Señor.

Comentario


Al igual que en la primera lectura, la roca es un signo de apoyo firme, que no se tambalea ni se cae. La palabra “fe”, justamente tiene como antecedente una palabra hebrea que significa “apoyarse sobre algo firme, como una roca”. Construimos la vida desde la fe, nos apoyamos en lo que no se moverá nunca: Dios.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Mateo 4; 18 – 22

Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, JESUS vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban las redes al mar, porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y los hare pescadores de hombres” Inmediatamente ellos dejaron las redes y los siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago hijo de Zabedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zevbedeo, su padre, arreglando las redes, y JESUS los llamó, inmediatamente, ellos dejaron la barca, a su padre, y lo siguieron.
Palabra del Señor.

Comentario

Jesús llama a estos trabajadores y su oficio de pescadores queda transformado. Ellos anunciarán su Palabra a los hombres, formando una comunidad. Serán un signo del Reino de Dios.
 

martes, 29 de noviembre de 2016

Lucas 10; 21 – 24

Al regresar los setenta y dos discípulos de su misión, JESUS se estremeció de gozo, y movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, PADRE, SEÑOR del Cielo y la Tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los mas pequeños.  Si, PADRE, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi PADRE, y nadie sabe quien es el HIJO, sino el PADRE, como nadie sabe quien es el PADRE, sino el HIJO y a quienes el  HIJO  se lo quiera revelar” Después, volviéndose a los Discípulos, JESUS les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.”
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús se alegra ante la experiencia de ser reconocido como el enviado del Padre. ¿Seremos nosotros también motivo de la alegría de Jesús?

lunes, 28 de noviembre de 2016

Mateo 8 5 – 11

Al entrar JESUS en Cafarnaúm, se le acerco un centurión, rogándole: SEÑOR, mi sirviente esta en casa muy enfermo de parálisis y sufre terriblemente. JESUS le dijo: “YO mismo iré a sanarlo.” Pero el centurión le respondió: SEÑOR, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy mas que un oficial subalterno,  digo a uno de los soldados que están a mis ordenes: Ve, y él va; y a otro: Ven; él viene, y cuando digo a mi sirviente: Tienes que hacer esto: él lo hace.  Al oírlo, JESUS queso admirado y dijo a los que lo seguían: “Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán del oriente  y de occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos.”
Palabra del Señor.

Comentario


El centurión representa “lo alejado” de Dios, a quien la necesidad le hizo capaz de buscar y esperar en Jesús un gesto de amor, sanando a su sirviente. Así, los “alejados” nos enseñan a nosotros –muchas veces autosuficientes y casi todopoderosos– a vivir en esa dependencia de Dios.