viernes, 16 de junio de 2017

Evangelio     Mt 5, 27-32

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “No, cometerás adulterio”. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. También se dijo: “El que se divorcia de su mujer debe darle una declaración de divorcio”. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido comete adulterio.
Palabra del Señor.

Comentario


“El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón’. Jesús se dirige a lo más profundo del ser humano, de modo que no deja lugar para la excusa. Es notable que habla del adulterio del varón, aunque en el modo de pensar de la época se consideraba a la mujer como la parte culpable. En nombre de Dios, Jesús toma posición positivamente a favor de la dignidad de la mujer y reafirma la responsabilidad del varón delante de Dios” (Rudolf Schnackenburg, Todo es posible para el que cree, Ed. Paulinas).

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