sábado, 7 de diciembre de 2019

Evangelio      Mt 9, 35—10, 1. 5a. 6-8


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha”. Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: “Vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús siente compasión de aquella multitud, no sólo por las enfermedades y limitaciones físicas, sino también porque sabe que están cansados y abatidos, como ovejas sin pastor, sin rumbo, sin saber a dónde ir, sin encontrar el alimento que sostenga la existencia. Ese mismo cuidado, lleno de ternura y compasión, que Jesús demostró ante las multitudes, es el que debemos tener sus discípulos, anunciando y sanando las dolencias en nuestro mundo de hoy.

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