domingo, 5 de enero de 2020

Ecli 24, 1-2. 8-12


Lectura del libro del Eclesiástico.
La Sabiduría hace el elogio de sí misma y se gloría en medio de su pueblo, abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de su Poder. “El Creador de todas las cosas me dio una orden, el que me creó me hizo instalar mi carpa, él me dijo: ‘Levanta tu carpa en Jacob y fija tu herencia en Israel’. Él me creó antes de los siglos, desde el principio, y por todos los siglos no dejaré de existir. Ante él, ejercí el ministerio en la Morada santa, y así me he establecido en Sión; él me hizo reposar asimismo en la Ciudad predilecta, y en Jerusalén se ejerce mi autoridad. Yo eché raíces en un Pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su herencia”.
Palabra de Dios.

Comentario


La Sabiduría de Dios se muestra aquí con características personales y no como un atributo. Parece tener vida propia y autónoma, ya que ha sido creada por Dios y ejerce un “ministerio” arraigada en medio del pueblo de Dios.

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