viernes, 8 de diciembre de 2017

Ef 1, 3-6. 11-12

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano, según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad, a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para ser alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.

Comentario


“Un concepto importante en la Carta a los Efesios es que Cristo une el cielo y la tierra y que la Iglesia, su Cuerpo, llena este nuevo espacio cósmico. La creación de ese nuevo espacio, nuevo mundo, y nuevo cosmos, es fundamental en este escrito del Nuevo Testamento” (Margaret Y. MacDonald, Comentario Bíblico Internacional, Ed Verbo Divino).

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