viernes, 10 de mayo de 2019

Evangelio      Jn 6, 51-59


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”. Los judíos discutían entre sí, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?”. Jesús les respondió: “Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente”. Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm.
Palabra del Señor.

Comentario


“La Vida eterna es algo que pertenece solamente a Dios, es la vida que no conoce límites, es la realización plena de todas las posibilidades, es la vida que no conoce muerte, que no conoce envejecimiento ni corrupción y que se encuentra en Cristo. No es como la vida a la que se nace en este mundo y que es limitada de todas formas. El que se une a Cristo por la fe comienza a participar en un inicio de esa vida que viene de Dios. Y el Evangelio nos presenta a Jesús como el alimento que produce esta vida que viene de Dios (Luis Rivas, Qué es un Evangelio, Ed. Claretiana).

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