domingo, 4 de octubre de 2020


 

Mateo 21; 33 – 43

JESÚS le dijo a los sumo sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “Escuchen esta parábola: Un hombre, compro un terreno, lo limpio construyo un viñedo, un lagar y una torre de vigilancia. Contrato unos cuidadores y se marcho al extranjero. Llegado el día de la cosecha, mando servidores para recoger sus frutos. Pero los hombres que cuidaban el viñedo a unos los golpearon, a otros los apedrearon y a otro lo mataron. El dueño de la viña pensó: Si mando a mi hijo lo respetarán. Pero los trabajadores dijeron: Matemos al hijo y nos quedemos con su herencia. Lo tomaron los empujaron fuera de la viña o lo mataron. ¿Que debe hacer el dueño de la viña con estos hombres?” le pregunto JESÚS a los ancianos y maestros de la ley. Le contestaron: Debe matar a esos malvados, y arrendarla a otros trabajadores. JESÚS les dijo: “¿No han leído las escrituras donde dice: la piedra que desecharon los constructores, llegó a ser la piedra fundamental? Por eso les digo: se les quitara el Reino de DIOS y se los dará a un pueblo que produzca frutos”.

Palabra del Señor

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