sábado, 26 de marzo de 2022


 

Lucas 18; 9 – 14

JESÚS dijo esta parábola, por algunos que se creían justos.

Dos hombres subieron al Templo para orar. Uno era fariseo y el otro publicano, el fariseo, erguido, oraba así en su interior: DIOS, mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos y adúlteros, tampoco soy como ese publicano, ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias.

El publicano, en cambio, se quedo lejos y no se atrevía a levantar los ojos el cielo. Lo único que hacía era golpearse le pecho, diciendo: DIOS, mío, apiadaste de mi, que soy un pecador.

Pues bien, YO les aseguro que este bajo a su casa justificado y aquel no; porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Palabra de DIOS, gloria a ti SEÑOR JESÚS.

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