lunes, 17 de diciembre de 2012


Sirácides 4

No te quedes callado cuando tus palabras hacen falta.
La sabiduría se reconoce en el discurso, y la instrucción en el modo de hablar.
No busques argumentos contra la verdad; avergüénzate mas bien de tu ignorancia.
No te avergüences de confesar tus pecados; no luches contra la corriente del río.
No te rebajes ante un hombre insensato, ni te dejes influenciar por el poderoso.
Lucha hasta la muerte por la verdad, y el SEÑOR luchara por ti.


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