jueves, 4 de febrero de 2016

Marcos 6; 7 – 13

Llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.  Les ordeno que no llevaran nada para el camino, fuera de un bastón, ni pan, ni morral, ni dinero, que llevaran calzado corriente, y un solo manto.
Y les decía: “Quédense en la primera casa que les den alojamiento, hasta que se vayan de ese sitio. Y si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, no se alejen de allí sin haber sacudido el polvo de sus pies; con esto darán testimonio de ellos.”
Fueron pues, a predicar, invitando a la conversión. Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndolo con aceite.
Palabra del Señor.

Comentario

El desapego material de los misioneros es un signo de libertad y de confianza en la providencia de Dios y en la solidaridad de los hermanos. Superando una interpretación literal o fundamentalista, el evangelio nos impulsa a buscar la seguridad en Dios y en la comunidad.


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