domingo, 17 de febrero de 2019

Jer 17, 5-8


Lectura del libro de Jeremías.
Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor! Él es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita. ¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.
Palabra de Dios.

Comentario


El profeta no nos dice que estaremos exentos de momentos difíciles; estos momentos vendrán, como vienen al árbol el calor o la sequía. Pero afirma la condición de quien enraiza su vida en Dios: siempre crece. Esta es la actitud de los pobres de Yavé, que no sustentan su vida en falsas seguridades sino en el amor de Dios que sostiene la existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario