miércoles, 5 de agosto de 2020


Mateo 15; 21 – 28

JESÚS se marcho al pis de Tiró y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: Ten compasión de mi, SEÑOR Hijo de David, mi hija tiene un demonio malo. ÉL no le respondió nada, entonces los Discípulos se le acercaron a decirle: Atiéndela, que viene atrás gritando. ÉL les contesto: “Solo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”. Ella los alcanzó y se postro ante ÉL, y le pidió: SEÑOR, socórreme. JESÚS le contesto: “No esta bien echarle a los perros el pan de los hijos”. Pero ella le contesto: Tienes razón, SEÑOR, pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de los hijos de los amos. JESÚS le respondió: “Mujer, qué grande es tu fe, que se cumpla lo que deseas”. En aquel momento quedo curada su hija.

Palabra del Señor

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