domingo, 30 de agosto de 2020


 

Mateo 16; 21 – 26

JESÚS comenzó a explicar que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas. Que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

 Pedro se lo llevo aparte y se puso a increparlo: ¡No lo permita DIOS, SEÑOR eso no puede pasarte! JESÚS le dijo: “Quítate de mi vista satanás, que me haces tropezar, tú piensas como los hombres no como DIOS”. Entonces dijo JESÚS a sus Discípulos: ”El que quiera venir conmigo, que se niegue a si mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá, pero el que la pierda por mi, la encontrará. ¿De que le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿o, que podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la Gloria de su PADRE, entonces pagará a cada uno según su conducta”.

Palabra del Señor

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