viernes, 7 de enero de 2022


 

Lucas

Estando JESÚS en un poblado,  llegó un leproso, y al ver a  JESÚS, se postro rostro en tierra, diciendo: SEÑOR, si quieres, puedes curarme. JESÚS extendió la mano y lo toco, diciendo: “Quiero, queda limpio” y  al momento desapareció la lepra. JESÚS le ordeno entonces que no dijera nada a nadie y añadió: “Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio”.

Y su fama se extendía mas y mas. Las muchedumbres acudían para escucharlo y para ser curados de sus enfermedades. Pero JESÚS se retiraba a lugares solitarios para orar.

Palabra de DIOS, gloria a ti SEÑOR JESÚS.

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