viernes, 1 de febrero de 2013


Siracides 14

Antes de morir, haz el bien a tu amigo y de acuerdo a tus necesidades se generoso.
Goza los días felices y no desprecies un placer legítimo cuando te toca.
¿No dejaras a otro el fruto de tus labores? Los frutos de tus fatigas, ¿no serán repartidos a la suerte?
Da y recibe, y da contento a tu alma, porque no hay que buscar el placer en el sepulcro.
Toda carne envejece como vestido. Esta es la ley eterna: ¡Tu morirás!
Como hojas verdes en un árbol frondoso; caen unas y brotan otras; así las generaciones de carne y sangre; una muere y otra nace. Toda obra corruptible desaparece y su autor se va con ella.

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