jueves, 31 de enero de 2013


Siracides 14

Nada peor que el que se tortura a si mismo, ese es el pago a su maldad.
El hombre de mirada codiciosa es un malvado, que aparta los ojos y desprecia las personas.
El ambicioso no esta conforme con lo que tiene, la injusticia mala seca el corazón.
El ojo envidioso codicia el pan del otro; en su mesa estará triste y hambriento.
Hijo mío, si tienes con que, date buena vida, y presenta al SEÑOR ofrendas generosas.
No olvides que la muerte no demorara, ni te ha sido revelado el día de tu muerte.

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