lunes, 28 de enero de 2013


Siracides 13

Todo ser viviente ama a sus semejantes y todo hombre a su prójimo.
Todo animal se acopla a otro de su especie y el hombre se junta con sus semejantes.
¿Puede el lobo andar junto con el cordero? Lo mismo el pecador con el hombre piadoso. ¿Qué paz puede haber entre la hiena y el perro? ¿Qué paz entre el rico y el pobre?
Los burros salvajes son presa de los leones en el desierto; así los pobre son presa de los ricos.
El soberbio aborrece una condición humilde; así mismo el pobre es una abominación para el rico.
Cuando el rico da un mal paso, sus amigo lo sostienen; pero cuando un pobre se cae, sus amigos lo abandonan.

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