miércoles, 30 de enero de 2013


Siracides 14 Ganar la vida sin avaricia ni codicia

El corazón del hombre se refleja en el rostro, sea para bien o para mal.
Un corazón alegre, una cara feliz; difícilmente lo encontraras.
¡Feliz el hombre que no peco en sus palabras ni esta atormentado por el remordimiento de sus faltas!
Feliz a quien su conciencia no condena y que no decayó de su esperanza.
Al avaro no le sienta bien la riqueza; tampoco los bienes al envidioso. El que atesora a costa de privaciones, atesora para los demás otros gozaran de sus bienes.
El que es malo consigo mismo ¿con quien será bueno? No goza de sus riquezas.


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