viernes, 11 de enero de 2013


Siracides 10

El principio de la soberbia es el pecado. Los que se empecinan en el pecado derraman las blasfemias. Por eso el SEÑOR les envió extraños castigos y los redujo a nada.
El SEÑOR arranco de raíz el trono de los poderosos y sentó en su lugar a los mansos.
Las raíces de los paganos las arranco el SEÑOR, y en su lugar planto a los humildes.
El SEÑOR asolo las tierras de los paganos y las destruyo totalmente.
A muchas las desbasto, las desoló y borro de la tierra sus recuerdos.
El orgullo no fue creado para el hombre, ni el furor de la ira para los nacidos de la mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario