lunes, 7 de enero de 2013


Siracides 9

La belleza de la mujer ha perdido a muchos y junto a ella el amor se inflama como fuego.
No te sientes nunca al lado de una mujer casada. No festejes ni tomes vino con ella, no sea que tu corazón se incline hacia ella y tu deseo te lleve a la perdición.
No abandones a tu viejo amigo, que el nuevo no se le iguala.
Vino nuevo, amigo nuevo, si se vuelve añejo lo beberás con alegría.
No envidies el éxito del pecador, que no sabes cual será su suerte.
No te sientas feliz con la aprobación de los impíos, recuerda que serán condenados antes de la muerte.

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