miércoles, 9 de enero de 2013


Siracides 10

El dirigente sabio educara a su pueblo; el gobierno de un hombre inteligente será ordenado.
Así como el jefe de un pueblo serán sus ministros, y como el jefe de una ciudad serán sus habitantes.
Un rey sin instrucción arruinara a su pueblo, en cambio prosperara la ciudad por la inteligencia de sus dirigentes.
En las manos del SEÑOR esta la suerte de un país, El mandara al hombre que hace falta en el tiempo oportuno.
En manos del SEÑOR esta el éxito del hombre. El reviste de su gloria a los gobernantes.



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