jueves, 24 de enero de 2013


Siracides 12

No lo pongas junto a ti, podría echarte y desplazarte. No lo hagas sentarse a tu derecha, trataría de ocupar tu puesto, y por fin entenderás mi palabras y te arrepentirás al recodarlas.
¿Quién se compadecerá del encantador mordido por una serpiente  y de todos estos que se acercan a las fieras? Esto vale para el que es amigo  del pecador y participa de sus pecados. Lo ves tranquilo durante una hora, pero apenas tropiezas el no se aguanta.
El enemigo tiene dulzura en los labios, pero en su corazón piensa como echarte al sepulcro. El enemigo tiene lagrimas en los ojos, pero si haya la ocasión no se hartara de tu sangre.
Si la muerte te es contraria, lo encontraras frente a ti y bajo pretexto de ayudarte, te hará una zancadilla. Moverá la cabeza y aplaudirá, hablara sin parar  y cambiara la cara.

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