miércoles, 24 de julio de 2013

Los falsos maestros (Timoteo 1)

Los falsos maestros (Timoteo 1)


Ya sabemos que la ley es buena siempre que tengamos presente su finalidad. La ley no fue instituida para los justos, sino para la gente sin ley, para los rebeldes, impíos y pecadores, para los irreligiosos, para los parricidas y asesinos; para los libertinos, para los que tienen relaciones homosexuales, los traficantes de seres humanos, los mentirosos y los que juran en falso.
Habría que añadir todos los demás pecados que van en contra de la sana doctrina, según el Evangelio glorioso de DIOS  bienaventurado, tal como a mi me fue encargado.


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