martes, 18 de febrero de 2014

El ciego de Betsaida (Marcos 8, 13 - 21)

Y dejándolos se subió a la barca y se fue al otro lado del lago.
Los Discípulos se habían olvidado de llevar panes, y tan solo tenían un pan en la barca. De repente El les hizo esta advertencia: “Abran los ojos y cuídense de la levadura de los Fariseos como de la Herodes.” Se dijeron unos a otros: la verdad es que no tenemos pan.
JESUS se dio cuenta y les dijo: “¿Por qué estos cuchicheos? ¿Por qué no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni se dan cuenta? ¿Están ustedes tan cerrando que teniendo ojos no ven y teniendo oídos no oyen? ¿No recuerdan cuando repartí cinco panes en cinco mil personas? ¿Cuantos canastos llenos de pedazos recogieron?” Respondieron: Doce. “Y cuando repartí los siete panes entre cuatro mil, ¿Cuántos cestos llenos de sobras recogieron?” Contestaron: Siete.
Entonces JESUS les dijo: “¿Y aún no entienden?”

Comentario

Los fariseos no entendían las acciones de Jesús, por eso pedían señales. Los discípulos del Señor tampoco entendían, y por eso se preocupaban. Jesús sufre la incomprensión, por eso nos exhorta a mirar los signos de su presencia en nuestra vida cotidiana. ¿Aun así nos preocupamos y afligimos? ¿No entendemos que él viene con nosotros, que está en nuestra misma barca?



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