viernes, 21 de marzo de 2014

Los viñadores asesinos (Mateo 21, 33 - 46)

“Escuchen este otro ejemplo: Había un propietario que planto una viña. La rodeo con una cerca, cavó en ella un lagar y levanto una torre para vigilarla. Después la alquilo a unos labradores y se marcho a un país lejano. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, el dueño mando a sus sirvientes que fueran a donde aquellos labradores y cobrara su parte de la cosecha. Pero los labradores tomaron a los enviados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores mas numerosos que la primera vez, pero los trataron de la misma manera.
Por último, envió a su hijo, pensando: A mi hijo lo respetarán. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: Ese es el heredero. Lo matamos y así nos quedamos con su herencia. Lo tomaron pues, lo echaron fuera de la viña, y lo mataron. Ahora bien: cuando venga el dueño de la viña ¿Qué hará con los labradores?” Le contestaron: Hará morir sin compasión a esa gente tan mala y arrendará la viña a otros labradores que le paguen a su debido tiempo.
JESUS agregó: “¿No han leído cierta escritura? Dice así: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra anular; esa fue la obra del SEÑOR y nos dejo maravillados.
Ahora Yo les digo a ustedes: Se les quietará el Reino de los Cielos, y será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.”
Al oír esto ejemplos, los jefes de los sacerdotes y los fariseos comprendieron que JESUS se refería a ellos. Hubieran deseado arrestarlo, pero tuvieron miedo del pueblo, que lo consideraba como un profeta.

Comentario

Con violencia inusitada, mataron al hijo del dueño. La parábola claramente simboliza el ataque a Jesús, el Hijo de Dios, de manos de quienes no han querido aceptar el mensaje del Reino, un lugar donde la violencia no tiene lugar. Ellos han rechazo esa propuesta, y lo han demostrado con sus propios actos.



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