sábado, 28 de febrero de 2015

Mateo 5; 43 – 48

“Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y no amarás a tu enemigo. Pero YO les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su PADRE que esta en los Cielos. Porque El hace brillar el sol sobre los malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Si ustedes aman a quienes solamente los aman, ¿Qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si saludan solo a sus amigos, ¿Qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el PADRE que esta en los Cielos.”
Palabra del Señor.

Comentario

“Amar al enemigo… queda claro si uno recuerda las verdaderas razones para amar a otra persona. No son su belleza, su atractivo, sus acciones. Más allá de todo lo exterior, Dios es su crea­dor, esa persona es imagen de Dios, Jesús dio su sangre por ella. Eso mismo es lo que puedo ver en mí. Si Jesús dio su sangre por mí, ¿cómo no me voy a amar? Pero también la dio por los demás ¿cómo no los voy a amar?” (Víctor Manuel Fernández, El evangelio del Domingo, Ed. San Pablo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario