domingo, 19 de julio de 2015

JESUS pastor y profeta (Marcos 6; 30 - 34)

Al volver los apóstoles a donde estaba JESUS, le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. JESUS les dijo: “Vámonos aparte, a un lugar retirado, y descansen un poco.” Porque eran tantos los que iban y venían que no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar despoblado.
Pero la gento vio como se iban, y muchos cayeron en la cuenta y se dirigieron para allá a pie. De todos los pueblos se fueron corriendo y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, JESUS vio a toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente.
Palabra del Señor.

Comentario

“Hoy, la figura de Cristo se nos presenta como el Rey-Pastor. Rey y Pastor de todos los pueblos del mundo, de toda la historia. Él tiene la clave de la solución de la historia y de los momentos críticos de los pueblos. Los pueblos sólo mirándolo a él podrán encontrar solución. Si volvemos la espalda a Cristo, seguiremos viviendo en este absurdo ‘del rebaño disperso’. Pero no sólo Cristo, si lo grandioso es que Cristo quiso identificarse con su pueblo de bautizados de todos los tiempos para realizar también su misión regia, su misión de rey; y a nosotros, jerarquía y pueblo, nos toca proclamar la realeza eterna, única, universal de Cristo y hacer que todos los pueblos, las familias, los hombres se le sometan. No es un dominio despótico, es un dominio de amor, es la meta de nuestra libertad, como decía san Pablo: ‘Ser libres para amar en Cristo Jesús’” (Mons. Romero, homilía del XVI domingo del Tiempo ordinario, 22/7/1979).


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