miércoles, 18 de octubre de 2017

Evangelio     Lc 10, 1-9

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados, que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja, merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’”.
Palabra del Señor.

Comentario


Los que anuncian el Reino de Dios tienen como misión llevar la paz. Esa paz que Jesucristo nos deja, hace que las personas se puedan reconocer íntegras, en armonía y amadas por Dios. Esa paz debe ser también una característica entre los misioneros, para que puedan llevar adelante su tarea en comunión y libres de condicionamientos humanos.

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