viernes, 13 de octubre de 2017

Lectura        Jl 1, 13-15; 2, 1-2

Lectura de la profecía de Joel.
¡Vístanse de duelo y laméntense, sacerdotes! ¡Giman, servidores del altar! ¡Vengan, pasen la noche vestidos de penitencia, ministros de mi Dios! Porque se ha privado a la Casa de su Dios de ofrenda y libación. Ordenen un ayuno, convoquen a una reunión solemne, congreguen a los ancianos y a todos los habitantes del país, en la Casa del Señor, su Dios, y clamen al Señor. ¡Ah, que Día! Porque está cerca el Día del Señor, y viene del Todopoderoso como una devastación. ¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca! ¡Día de tinieblas y oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo jamás, ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas.
Palabra de Dios.

Comentario


Muchos profetas hablan del “Día del Señor”, como un día de justicia final sobre la tierra. Ese “Día” será de tiniebla para el injusto y de claridad absoluta para los fieles y justos. Pero, como todos deberemos comparecer ante Dios en ese “Día”, será necesario prepararse con oración, ayuno, arrepentimiento y caridad porque nadie es plenamente justo ante Dios.

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