martes, 31 de julio de 2018

Evangelio     Mt 13, 36-43


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”. Él les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!”.
Palabra del Señor.

Comentario


La explicación de la parábola no parecía necesaria; sin embargo, tanto para ellos como para nosotros, Jesús se toma su tiempo y nos aclara cada uno de los términos. De entre estos, el que más parece remarcar es que el juicio final sobre la cizaña lo tiene el Hijo del hombre. No somos nosotros quienes decidimos qué suerte correrán las diferentes clases de cizaña, sino el mismo Dios.

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