lunes, 3 de septiembre de 2018

1Cor 2, 1-5


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Cuando los visité para anunciarles el misterio de Dios, no llegué con el prestigio de la elocuencia o de la sabiduría. Al contrario, no quise saber nada, fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado. Por eso, me presenté ante ustedes débil, temeroso y vacilante. Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, para que ustedes no basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Palabra de Dios.

Comentario


San Pablo predicó en medio del ambiente griego, donde se destacaban maestros y filósofos por su retórica y su persuasión. San Pablo estaba convencido de que la fuerza de la predicación no radica en la elocuencia humana, sino en el tesoro maravilloso de la Buena Noticia: el Nombre de Jesucristo que actúa sobre nuestras vidas.

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