lunes, 26 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 23, 13-22


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conse­guido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale”! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: “Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar”. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por Aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.
Palabra del Señor.

Comentario


La dureza de estas palabras trasciende al grupo de los fariseos, y debería hacernos pensar que nosotros también podríamos estar incluidos entre sus destinatarios. Somos destinatarios de este mensaje cuando nuestra vida se transforma en obstáculo, y no en camino, para que otros lleguen a Dios. O cuando consideramos que una ley religiosa es un objetivo absoluto y no un instrumento de mediación en nuestra vida de fe. El “fariseísmo” no parece ser, entonces, un grupo religioso de antaño, sino una peligrosa actitud en la cual cualquiera de nosotros puede caer.

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