lunes, 16 de noviembre de 2020


 

Lucas 18; 35 – 43

Cuando JESÚS se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al costado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, pregunto que era aquello, y le explicaron que era JESÚS el nazareno. Que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: ¡JESÚS hijo de David ten compasión de mi! Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar mas fuerte: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Entonces JESÚS se detuvo y mando que lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por tí?” él le contesto: Señor, que vea. JESÚS le dijo: “recobra la vista, tú fe te ha curado”. En seguida el ciego recobro la vista y lo siguió, bendiciendo a DIOS. Y todo el pueblo al ver esto, alababa a DIOS. 

PALABRA DEL SEÑOR.- GLORIA A TÍ, SEÑOR, JESÚS.

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