domingo, 1 de noviembre de 2020


 

Mateo 5; 1 – 12

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus Di8scípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: “Bienaventurado los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán de herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre de sed y justicia, porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran la misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a DIOS. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de DIOS. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados cuando sean injuriados, los persigan y digan mentiras de toda clase por causa de mi nombre, alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos, pues de la misma manera persiguieron a los profetas antes que ustedes”.

Palabra del Señor

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