martes, 27 de diciembre de 2011

Elcesiastés 2
Los placeres son vanos
Pero también se que la suerte de ambos es la misma. Entonces pensé: MI suerte será como la del necio; ¿Para que vale, pues, mi sabiduría? Y pensé que esto tampoco tiene sentido. NI el sabio ni el necio dejan recuerdos duraderos; a los pocos días todos son olvidados ¿Cómo puede ser que sabio muera igual que el necio?
Detesté, pues, la vida, porque me pareció malo todo lo que se hace bajo el sol; todo aquí es esfuerzo vano y correr tras el viento.
Pues me doy cuenta que comemos, bebemos y gozamos porque DIOS lo ha dispuesto así.
Al que le agrada le da sabiduría, el saber y el placer. En cambio, al pecador le impone la carga de acumular; para dárselo posteriormente a quien agrada a DIOS.


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